El 17 de febrero de 1983, Real Madrid y Maccabi disputaron un partido decisivo de la liguilla de la Copa de Europa que registró uno de los incidentes más recordados en el antiguo pabellón de la Ciudad Deportiva blanca. A falta de dos minutos, el escolta israelí Berkowitz robó un balón y culminó con canasta el contraataque, con personal, además, de Rafa Rullán. Sin embargo, los árbitros señalaron la falta, pero no concedieron la canasta. Los israelíes protestaron masiva y airadamente a la mesa. Un objeto lanzado desde la grada golpeó al norteamericano del Maccabi Earl Williams. Éste devolvió el objeto y saltó atléticamente la valla para intentar golpear al agresor. Su compatriota Aulcie Perry saltó tras él, le detuvo y le devolvió al parquet de un empujón. Williams fue descalificado. El Madrid ganó por 95-92.
Fuente : Diario AS
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