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El clásico cierra una década maravillosa

Como colofón a una década extraordinaria, repleta de éxitos individuales y colectivos, el baloncesto español se cita en un clásico que evidencia la progresión y protagonismo adquirido por parte de nuestros jugadores nacionales. 
“Disfrutemos de un clásico que se convierte en un simbólico reconocimiento a una década maravillosa”

Jueves 30 de diciembre de 2010, 19 horas, Palau Blaugrana, Regal FC Barcelona – Real Madrid. Buen momento para disfrutar del presente de un partido de baloncesto apasionante y buen momento para hacer balance de un pasado maravilloso con muchos de los protagonistas que pisarán el parquet como artífices de una década marcada por los éxitos de la selección. Y como no, buen momento para soñar, para diseñar en la mente un futuro esperanzador con muchos de estos jugadores creciendo desde sus equipos y convirtiéndose cada vez más en un progresivo relevo a una generación prodigiosa.

El clásico se vivirá más que nunca en “clave nacional”. Ahí estarán dos bases de presente y de futuro como son Ricky Rubio y Sergio Rodríguez, creciendo desde la responsabilidad de estar al frente de dos grandiosos equipos y en las mejores competiciones continentales. Ahí estará un Sada, tan discreto como eficaz en ese papel de segundo base, de actor secundario y tantas veces decisivo. Ahí estará un emergente Sergio Lull, cada día mejor jugador, cada día más líder. Jugadores nacionales que representan valores de presente y de futuro y en ese futuro un jugador como Carlos Suárez, capaz de ganarse un rol determinante en su primera temporada en el Real Madrid en esa siempre difícil posición de “tres”. Se las verá durante algunos minutos con otro actor secundario pero importante a la hora de aportar carácter como es Roger Grimau quien como Sergi Vidal, forman parte de una “segunda unidad” de grandes jugadores que han sabido ganarse el respeto y el reconocimiento de nuestro baloncesto.

Jugadores exteriores que se han ido abriendo camino, sacando la cabeza entre las estrellas consagradas entre las que destaca uno de nuestros mejores jugadores de todos los tiempos como es Juan Carlos Navarro, máximo exponente de esa generación de los 80 que han liderado y siguen liderado el baloncesto español desde sus clubes, tanto en la cercanía como en la lejanía, y sobretodo de una Selección a la que han llevado al cielo. Navarro estará ahí, coincidiendo con un compañero de veranos inolvidables desde que ambos eran unos niños; Felipe Reyes, siempre peleando por un puesto indiscutible en la pintura. Siempre mostrando esa hambre determinante para seguir creciendo como deportista, como jugador. Para abrirle la pista su compañero, ahora de equipo, siempre de Selección, como es un incombustible Jorge Garbajosa, quien aparece oportuno al rescate desde la distancia.

Hablamos de presente y surge la figura cada vez más contundente, cada vez más indiscutible de Fran Vázquez, convertido en referente de un equipo considerado como uno de los mejores de Europa. Vázquez vive los partidos por encima del aro gracias tanto a su capacidad física como una constante actividad que le convierte en pesadilla para cualquiera que no esté en su bando. Presente ilusionante que abre las puertas a un futuro esperanzador. Y en ese futuro un joven de origen montenegrino y pasaporte español que ya sabe lo que es defender la camiseta nacional en categorías de formación y contribuir a los habituales éxitos del verano. Atención a la explosión de Mirotic, un jugador de talento extraordinario al cual Messina está sabiendo direccionar hacia el estrellato. Y junto a Mirotic, Arteaga, otro pivot joven, muy joven, que viene avisando de que le hagan un espacio entre los mejores.

Hemos mencionado a Messina, uno de los mejores entrenadores de Europa durante esta década en un Real Madrid con proyección nacional y por supuesto hacemos mención especial a Xavi Pascual, otro nuevo gran valor de nuestro baloncesto, tan productivo en jugadores como en entrenadores. Pascual, llegado desde categorías de base ha conseguido llevar al Barcelona a sus mejores éxitos desde un estilo ordenado, equilibrado en los conceptos de juego, donde ha sabido hacer convivir la creatividad de sus individualidades y el orden del colectivo.

Disfrutemos pues de un clásico que se convierte en un simbólico reconocimiento a una década maravillosa.

Miguel Panadés . www.feb.com

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