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Los entrenadores analizan a Ricky Rubio

Bajo el título "Tiene más cabeza que tíos de 40 años", M. M. Talavera y J. L. Martínez publican en la edición de hoy de Marca lo que dicen de Ricky Rubio sus entrenadores españoles
El súbito impacto de Ricky Rubio en la NBA no ha sorprendido a todo el mundo por igual. Los que guiaron sus primeros pasos en el mundo del baloncesto, siendo aún un crío, sabían de lo que era capaz ese niño de mirada traviesa, brazos interminables y piernas explosivas. Varios entrenadores que le dirigieron en algún momento de su carrera analizan para MARCA la figura del baloncestista español del momento.

Si hay un técnico que le conoce como si le hubiese parido, es Aíto García Reneses, su padre deportivo, que le hizo debutar en Liga con el Joventut con 14 años, 11 meses y 24 días, batiendo un récord de precocidad histórico. “Todos los que le habíamos visto jugar estábamos impresionados”, recuerda Aíto. “Tenía algo especial. No es que yo apostara por él, es que se merecía que yo apostara por él”, aseguró el técnico en el programa Planeta Basket, de radioMARCA.

El entrenador madrileño no duda a la hora de destacar la mayor virtud de su ex pupilo: “Su cabeza”, afirma con rotundidad. “La suya es superior a la de algunas personas de 40 años, pero no es un tema de edad. Su mayor ventaja es la capacidad que tiene para relacionarse con gente mayor, joven o de su edad, con total normalidad. Eso que es difícil a cualquier edad, lo lleva él haciendo desde los 14 años. Su calidad mental le ha ayudado mucho”.

Luis Guil, actual entrenador del Murcia, que le dirigió en la selección júnior, destaca su inteligencia. “Es el jugador que más me ha impresionado sobre una cancha de baloncesto. Decir que con 15 años obligó a la FIBA a cambiar las reglas sirve para ver el nivel de inteligencia y de conocimiento que tenía del juego a esa edad”.


UNA JUGADA GENIAL
La jugada a la que se refiere Guil tuvo lugar en la final del Europeo cadete de Linares, cuando en los instantes finales recibió el balón y lo paró con el pecho para que avanzase el tiempo, pero no el cronómetro de posesión al no haberlo controlado con las manos, para que su equipo tuviese ésta hasta el final. “Eso que él hizo no lo había pensado nadie hasta ese momento y ni siquiera los de la mesa se dieron cuenta, a pesar de que el propio Ricky se lo recriminó sin éxito”, recuerda Guil.

El actual entrenador del Murcia asistió como espectador a esa jugada genial y a la exhibición de Ricky en ese torneo, que tuvo su culminación en una final sublime en la que firmó 51 puntos, 24 rebotes, 12 asistencias y 7 recuperaciones de balón. Todo eso además de forzar la prórroga ante Rusia con un triple estratosférico desde el centro de la cancha.

Jota Cuspinera, actual entrenador ayudante del Real Madrid y seleccionador cadete en ese Europeo, fue testigo directo de su gran eclosión: “Recuerdo que había un entrenador francés veterano, curtido en mil batallas, que me dijo que nunca había visto a un jugador dominar así un torneo. Tenía razón, si mirabas las estadísticas la cara de Ricky aparecía la primera o entre las primeras de casi todos los apartados. Era algo asombroso”.

Cuspinera afirma que se trataba de un jugador especial, diferente a los demás: “Era muy fácil trabajar con él. Mentalmente estabas ante un adulto, tenías que hablar a otro nivel con él. Vivía en un constante déjà vu, viendo todo un segundo antes que el resto”.

Fue un adelantado a los chicos de su edad en todas las facetas: “Tenía un carácter y una madurez impropias de su edad, era un jugador que dominaba todas las situaciones que se le planteasen”,
asegura Cuspinera, que resalta además sumodestia: “Sabiéndose tremendamente superior, jamás dijo una mala palabra a ninguno de sus compañeros cuando se equivocaban o fallaban en alguna jugada. Todo lo contrario, se acercaba y les aconsejaba al oído”.

Sito Alonso, que le tuvo bajo sus órdenes en el Joventut antes de su marcha al Barcelona, valora sus aptitudes: “Tiene una capacidad para asimilar y ejecutar cualquier rol que se le asigne, en ese sentido es un ser superior comparado con los chicos de 14, 15 y 16 años con los que jugó”.

El actual entrenador del Lagun Aro cree que lo hará muy bien en la NBA: “Tuvo un bache de cuatro o cinco meses la temporada pasada, pero tiene una capacidad de adaptación increíble a cualquier medio, y se le está viendo confiado y divirtiéndose en estos primeros partidos”.

Luis Guil coincide con su colega: “Ha pasado un año y pico un poco malo, creo que quizá con demasiada autopresión por su parte, pero ahora se siente liberado, va a ser ese Ricky que veía hace unos días en una foto de MARCA dando un pase a una mano con una sonrisa en la cara. Otra vez va a disfrutar del baloncesto y nos va a hacer disfrutar a todos”.

Aíto afina más al analizar el parón que sufrió el base en su último año en el Barça: “El año pasado tuvo el defecto de renunciar a tirar. Se formó alrededor de él una leyenda de que no sabía tirar. Había murmullos cuando fallaba y cuando tenía posición para tirar y
no lo hacía”, asegura el técnico, que cree injustificable ese comportamiento hacia el jugador.

Su argumentación para echar abajo esas teorías acerca de su tiro es concluyente: “Hay que recordar que el año anterior en el Barça hizo porcentajes de tres puntos superiores al 40%, en el Joventut también, en la selección española júnior promedió más del 50% en triples, y con la selección cadete metió 51 puntos en la final del campeonato de Europa”.

Aíto cree que debe aspirar a ser un jugador total, pues tiene cualidades para ello: “El año pasado le encasillaron, decían que sólo servía para dar pases y robar balones, cosas que hace muy bien, pero tiene que aspirar a ser un jugador completo. Ahora ha empezado la NBA y sus porcentajes de tiro van bien, pero no hay que precipitarse, hay que esperar que continúe en esa línea todo el año”.


EL TRABAJO EN EL TIRO
Luis Guil comparte la opinión de Aíto, piensa que Ricky es mucho más que un buen pasador y recuperador de balones: “Yo le dirigí en el Europeo júnior de Madrid en el que metió más del 50% de sus tiros de tres. Cada verano trabaja para mejorar facetas del juego, y el tiro es uno de ellos. Durante el lockout ha trabajado muchísimo ese aspecto y ese trabajo está dando sus frutos en este inicio de temporada”.

El entrenador del Murcia está convencido de que el base lo hará bien en la NBA: “Allí va a tener más espacios para hacer el baloncesto que más le gusta, campo abierto, mucho uno contra uno y opciones para generar ventajas. Puede hacer un gran año”.

Guil todavía recuerda las hazañas de Ricky en su época de cadete, cosas que no ha visto hacer a nadie: “Era un jugador aventajado en el aspecto técnico o táctico, y tenía la capacidad de cambiar la dirección de un partido. En un campeonato de España cadete, su equipo perdía por 14 puntos ante Cajasol, y le vi hacer un quíntuple doble, dobles figuras en cinco apartados estadísticos diferentes, y cambió el partido”.

Así ven sus profesores a Ricky, un alumno de matrícula que ahora busca doctorarse en la NBA. 

CLUB DEL ENTRENADOR.COM 

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