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Solobasket rinde merecido homenaje a un histórico del baloncesto español que cuelga las botas

Del 10 de septiembre de 1994 al 6 de mayo de 2012 pasaron prácticamente dieciocho años. Entre esas fechas y en el mismo lugar, el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, inició con 18 y cerró con 36 años su carrera profesional el probablemente mejor alero alto de la historia de España: Carlos Jiménez Sánchez.
Carlos Jiménez, en una entrevista para Solobasket.com / Foto: Pablo Romero
/ Foto: Pablo Romero
 
El mundo de la pelota naranja disfrutó de Jiménez durante casi dos décadas. Siempre con igual conducta, seriedad y compromiso.

“Suma y sigue Jiménez” como le anunciaba Andrés Montes, fue el hombre de los intangibles. Un capitán silencioso que guió a la Selección Española a sus mayores éxitos, y lideró a Estudiantes y a Unicaja. Grandísimo defensor y excelente reboteador con una anticipación y lectura del juego descomunales. El mejor ejemplo de jugador de equipo.
San Viator
Madrileño de Carabanchel, Carlos comenzó a empaparse de valores rodeado de balones en las frías y altas canchas del colegio San Viator, en la Plaza Elíptica de Madrid.
Allí se curtió de benjamín a junior, un tipo atípico de 2.05 m que de pequeño jugaba al poste por su talla y envergadura, pero que ya parecía capaz de hacer un poco de todo. Desde el Sanvi dio el salto a un lugar donde seguiría aunando valores y baloncesto en la línea del profesionalismo: Estudiantes.
Estudiantes, Unicaja, Estudiantes
En el Ramiro pasó un año por la Liga EBA, para dar con la mayoría de edad el salto a la ACB en 1994. Tras ello doce temporadas consecutivas como colegial, en las que se convertiría en un alero alto de referencia en Europa. Cinco años en Málaga y cierre de ciclo en 2012 de nuevo en Estudiantes, al abrigo del club que le permitió convertirse en leyenda.
El hombre de los intangibles nos deja con algunas cifras más que tangibles:
630 partidos ACB (5º jugador en la historia ACB) 16.109 minutos ACB (6º jugador ACB), 3505 rebotes ACB (2º jugador ACB) y 937 recuperaciones (6º jugador ACB).
Números acumulados a lo largo de dieciocho temporadas en nuestra liga, que conforman unas medias de más de 8 puntos, 5.6 rebotes, 1.7 asistencias y 1.5 recuperaciones por partido, para una valoración media de 12.7.

Carlos Jiménez, lideró el mejor Estudiantes. Tuvo muy cerca una Liga ACB / ACB PHOTO
/ ACB PHOTO
Fue Campeón de la Copa del Rey (2000) y subcampeón de Liga (2004) con Estudiantes, y subcampeón de la Supercopa ACB (2007) y de la Copa del Rey (2009) con Unicaja, llegando a jugar hasta ocho semifinales de liga.

Compitió durante trece temporadas en distintas competiciones europeas (Euroliga, Eurocup, Saporta y Korac), llegando a lograr un subcampeonato de Korac (1999) y una participación en una Final Four (2007).
Debutó con Herreros y Escudero en las alas colegiales y con Miguel Ángel Martín en la banda. Participó junto a Pepu Hernández de los mejores años de la historia del club de Serrano 127, siendo un asiduo al playoff, a las semifinales ligueras y a competiciones europeas, compartiendo el alero con jugadores como Aísa, Thompson, Bárcenas, Markovic, Robles, Garnett, etc…. Rebotes, asistencias, anticipación, defensa, inteligente lectura del juego, y sobre todo, entrega. Carlos siempre fue un gran jugador de equipo, un todoterreno que no se escondía cuando había que asumir galones en ataque. Aunque nunca fue un anotador
Carlos Jiménez, mandando en la defensa malagueña/ Foto: JM Benito
 Foto: JM Benito
 
Formó junto a Pancho Jasen (compañeros desde el 2001) una de las mejores parejas de treses de la ACB, que llevó a Estudiantes a lograr su mayor éxito ACB: la final de 2003-2004.

Un cuento colegial, en el que la terna exterior Jiménez-Pancho-Loncar mucho tuvo que ver, y que a punto estuvo de tener el final más feliz posible. Unos pasos señalados a Carlos al final del quinto partido en Barcelona, difícilmente se le olvidarán.
Estudiantes y Jiménez seguían juntos, pero ya no se volvieron a alcanzar los mismos éxitos. Y entre 2005 y 2006 la relación entre ambos, parecía llegar a su fin. Carlos estuvo cerca de recalar en el Real Madrid, generándose un ambiente de amargo recuerdo para todas las partes implicadas. Pero el alero siguió de colegial a las órdenes de Orenga y Pedro Martínez, para acabar saliendo en el verano de 2006 rumbo a Málaga, a un Unicaja que apostó fuerte por él.


Carlos Jimenez, más de una década sumando medallas con la Selección Española / Foto: Pablo Romero
Carlos Jimenez, más de una década
sumando medallas
 con la Selección Española /
Foto: Pablo Romero
En la Costa del Sol, Jiménez pudo competir al máximo nivel tanto en ACB como en Euroliga, dejando patente su enorme profesionalidad y siendo siempre un pilar básico del equipo. Jugó a las órdenes de Scariolo, Aíto y Chus Mateo. Se llevó todo el cariño de una grada malagueña que desde el principio supo apreciar su seriedad. A pesar de ello, en los cinco años no consiguió sumar ningún título.

De cara a la temporada 2011-2012 a Carlos parecía acabársele el hueco en el nuevo proyecto malagueño, al tiempo que el de Estudiantes reclamaba su apoyo para liderar la vuelta a los orígenes desde la cancha. En la banda, Pepu. Pero casi nada salió como se deseaba en el Ramiro.
Hernández salió del equipo cuando éste ya estaba a la deriva. Carlos, prestó su último servicio colegial jugando de cuatro casi toda la temporada. Y aportó desde el inicio, siendo básico en los esquemas. Incluso se lesionó y volvió lo antes que pudo para intentar mantener al equipo en ACB.
Fue de los mejores de la temporada de Asefa Estudiantes con 5 puntos y 5 rebotes por partido, y de no ser por él, probablemente los colegiales no habrían llegado a la última jornada vivos.
En su último partido como profesional contra UCAM Murcia, se vio a un Jiménez intenso, jugándose la espalda en cada balón suelto, en cada salto. Con las limitaciones que su edad ya le impone en el físico, el de Carabanchel peleó por los rebotes como si estuviera jugando la final de un mundial. Y su cara de rabia cuando falló el último triple que intentó, reflejaba el sentir de un tipo que lo dio todo por salvar a su equipo del descenso.
España
Pero la carrera profesional de Carlos Jiménez no se entiende sin la Selección Española, del mismo modo que los mejores años de éxitos encadenados de la Selección, no pueden contarse sin su capitán. Un tipo de alero del que aún hoy no se ha encontrado un claro sustituto y que fue imprescindible para todos los seleccionadores que le entrenaron.

Carlos Jimenez, en su último partido como profesional /Foto: Juan Carlos García Mate
Jiménez empezó triunfando con España desde junior (bronces en Europeo’94 y Mundial’95), y ya con la Selección Absoluta y a lo largo de 171 internacionalidades lideró los mejores años del baloncesto español.

Desde la plata del Europeo de 1999, acumuló un total de seis medallas (Europeos’99-plata, Europeos’01-bronce, Europeos’03-plata, Mundial’06-oro, Europeos’07-plata, JJOO’08-plata) en las canchas, y una más fuera de ellas: medalla de oro de la Real Orden al Mérito Deportivo (2011).
Un palmarés que sitúa al alero entre los más grandes. El capitán que no salió en las fotografías alzando la copa de Campeón del Mundo en Japón, siempre al margen de los focos.
Despedida
En mayo de 2012, y tras el enésimo ejercicio de entregada profesionalidad, se despidió de su gente en el Palacio. Y de nuevo, al margen del ruido mediático que en esta ocasión acompañaba al histórico descenso de Estudiantes.
Pero como el propio Jiménez dijo al acabar el partido, cerrar su carrera de la manera que los acontecimientos marcaron, no hacía sino poner en valor todo lo conseguido a lo largo de tantos años.
Cuando en el verano de 2011, Carlos decidió volver a Estudiantes afirmó que volvía a “sentir las cosas”.
Y a buen seguro que el 6 de mayo de 2012 cuando abandonaba el Palacio escuchando por última vez como jugador el mítico, “¡Carlos Jiménez, menudos huevos tienes!” , entre cerrados aplausos y sencillos gestos de reconocimiento, el madrileño sintió. Un cariño sincero.
Fuente: www.solobasket.com

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