expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

España... Europa es tuya (98-85) ¡¡¡ CAMPEONES DE EUROPA !!!!!!

98-85
¡Campeones de Europa!
EstadísticasCrónica del partido
Navarro, MVP del EurobasketPau y Navarro, en el mejor cinco
Calderón: ¡Te lo mereces!Sada, especialista en finales
Apuntes del campeónCuarta en el palmarés europeo
Ocho medallas en verano mágicoNavarro: Una hazaña histórica
Ibaka: 5 tapones en 3:43Ibaka celebra cumple con oro
España, cuarta en el palmarésEspaña, 4ª en revalidar título
Portela: ""Día muy feliz""España: +45 en fase final
Anotación más alta en 22 añosSoler: ""Es un lujazo""
Navarro: ""Lo importante, oro""Ricky: ""Selección difícil repetir""
Llull: ""Este equipo no tiene techo""Ppe. Felipe: ""Han dado mucho""
¿Cómo empezarás a contar esta historia en el futuro? ¿Le hablarás de Varna, de Lisboa? ¿Empezarás por Japón? ¿Contendrás las lágrimas al recordar lo de Polonia? ¿Y esto? ¿Serás capaz de no emocionarte recordando aquel sueño lituano con final feliz?

Esta España es leyenda y las leyendas se cuentan. De boca en boca. De generación en generación. De padre a hijo. O a sobrino, o a amigo. O a quién te de la gana, pero cuéntalo. Háblales dentro de 20 o 50 años, ojalá, de Pau. Y de su "hermano" Navarro, ese MVP de dibujos animados. Diles que un día te sentiste en la cima del mundo... y al otro de Europa. Y al otro también. España es campeona. España es inmortal.

(Foto EFE)


De principio a fin, como los grandes, España dominó y encandiló. Tras 5 minutos titubeantes, con una defensa blanda, los de Scariolo apretaron atrás y recuperaron su mejor versión en ataque para sobrevivir al recital de Parker (25-20). En el segundo cuarto, primero un Ibaka escandalosamente intimidador, con sus tapones, un Calderón lleno de frescura, con sus penetraciones, y un Rudy que aportaba en todas partes, dispararon al equipo, capaz de llegar al descanso con un 50-41 favorable.

Francia no se rendía mas otros minutos de locura de un Navarro delicioso aplacó la rabia gala y, con los suplentes acompañando el buen hacer de Pau, España llegó a la recta final oliendo ya a oro: 75-62. En el último cuarto, tras varios chispazos de Sada, la Selección se vio ganadora y se dedicó a saborear su merecido oro, en unos minutos llenos de emocionantes simbolismos. Los del campeón: 98-85. ¡España sigue siendo de oro!

Recordar es vivir

Está todo inventado. Lo sabe el profesional y lo sabe el niño que empieza. Cuanto más cerca, más fácil. Y si van para abajo, no se sale. Con este sencillo silogismo, Francia salía amenazante, dispuesto a comerse a España en la zona con algo tan simple y complejo al mismo tiempo como finalizar sus jugadas debajo del aro. Y lo conseguía con asombrosa sencillez. España, blanda en defensa, caía en la trampa y el inicio se dibujaba de azul, con mates y más mates de los interiores franceses. El 0-4 parecía anécdota, pero más preocupaba el 7-8, teniendo en cuenta que las cuatro canastas galas tenían idéntico aroma, con un hombre solo anotando, burlándose de la defensa española.

Scariolo encendió las alarmas y el escenario cambió con los puntos de un Calderón desatado. Un triple y un tiro en suspensión ponían a su equipo por delante (13-10, min.6), si bien el golpe en la mesa retumbaba más que los 5 puntos. El renqueante se vestía de eléctrico. La duda se vestía de certeza. Y la rabia se propaga más rápido que cualquier virus. Contagio inminente.

(Foto EFE)


A partir de ahí, el reencuentro, el disfrute, el recuerdo. ¡Qué bonito es recordar cuando el presente es feliz! ¡Qué bello mirar al ayer cuando hoy sigues reinando! Como si fuese un flashback de la mejor versión de España, de esa que además de ganar, arrollaba y además de arrollar, enamoraba, los de Scariolo firmaron unos minutos repletos de magia que hubieran destrozado el partido de no ser por Tony Parker.

Rudy aparecía, Marc taponaba y anotaba uno de esos triples imposibles tan afortunados como hirientes y Navarro, con el modo Navarro activado, elevaba el listón a ocho con otra canasta de tres (22-14). Empero, Parker no se rendía. No lo ha hecho en una década, con años caminando por el desierto de la decepción para vivir un partido como este con su Francia, ¿Por qué debería de hacerlo con tan poco tiempo jugado? Incisivo, valiente y tenaz, encadenó 9 puntos consecutivos que, sumados al triple final de Batum, mantenían el partido en un puño al término del primer cuarto: 25-20. Tras los puntos había alma. Tras el alma, juego. Imposible no recordar y volver a sentir.

Ibaka enciende la mecha

"“En baloncesto, acción que impide un enceste del equipo contrario”. Sí, qué fría es la RAE. Y no, un tapón es mucho más. Es un puñetazo al mentón rival, una risa burlesca, una moral quebrada y otra henchida de orgullo. Quizá algún día Ibaka entre como acepción en el diccionario. Con letras doradas, claro.

Cumplía años y, a falta de velas, se fabricó unos cuantos tapones que hundieron a Francia. Ni siquiera los dos triples en un minuto de Gelabale y Parker (29-26, m.12) condicionaron una fase de dictador y sumiso. Dos tapones en dos minutos. Tres en tres. ¡Cinco en cinco! A cada cuál, más alto, más estético, más imposible, ya con el brazo frío en su descenso del hielo de la estratosfera. Manutebolesco. No fueron solo cinco tiros fallados, sino unos minutos de dominio tan insultante que parecía difícil que sus compañeros no se sintieran superiores. Y lo fueron, vaya si lo fueron…

(Foto EFE)


Con Calderón al mando, cómo no. Otra vez Villanueva de la Serena volvía a sonar con frescura. Como antaño. Alegría, pura alegría en sus penetraciones. España sonreía de su mano y Pau enseñaba los dientes colgándose del aro en ese alley oop que inventó Navarro cuando ambos amigos aún ni se afeitaban. Dos tiros libres del escolta establecían un 8-0 de parcial en menos de dos minutos y Francia, por mucho que en ese cuarto si tuviera un idilio con el lanzamiento exterior, poco podía hacer para frenar la carcajada de España (40-31, m.15).

De los tapones de Ibaka al desparpajo de Calderón y, de ahí, al resurgir de Rudy. Tan esencial como oscuro, alejado del foco de los puntos y del glamour de las heroicidades, Fernández volvió a demostrar su importancia en el oro español con unos minutos ricos en detalles y puntos. Cayendo para atrás, palmeando el rebote en ataque, sacando un balón que entraba del aro francés o apareciendo de la nada para penetrar hasta la gloria (46-34, m.19). Lástima que en pleno éxtasis y pasado de revoluciones agarrase a Parker del cuello para impedir canasta. Antideportiva. Y una vida extra para Francia, que agonizaba en su propio juego. Orgullo herido y tangana. Dos tiros libres, un triple, robo y mate de Batum cargado de enfado y amor propio. 0-7 en segundos. Y un final amargo asomando que Pau se encargó de evitar en el último minuto, con cuatro puntos para pisar vestuarios con 50-41. Las trazas del camino ya estaban dibujadas.

El descaro del MVP

Francia tenía rabia. Enfadados por las críticas desde el país vecino por su extraña y holgada derrota en la segunda fase, con la sangre hirviendo por los piques de la primera mitad y, por encima de todo, con el amor propio pidiendo guerra hasta el último segundo. Pietrus, uno de los más motivados, soltaba tensión con un mate pero España, como en el primer cuarto, no se dejó intimidar.

Un par de chispazos blanquecinos tumbaron la rebelión gala. Calderón seguía penetrando como en los viejos tiempos, Marc hacía de Ibaka y taponaba y Rudy ponía la máxima renta en el luminoso sin soltar una gota de sudor: 56-43 (m.22). No estaba todo hecho, y menos en un cuarto loco cargado de arreones y adornado con parciales. Un 0-6 francés impedía la relajación y otro 0-7 posterior encendía las alarmas tras canasta de Noah. Que sí, que sí, que había partido: 60-54 (min.25).

Otra vez la lógica a escena. ¿Cuál es la mejor forma de mandar al diablo un 0-7? En un minuto España encontró la respuesta. “Todos los días sale el sol, chipirón”, como cantan antes de cada partido. Y nunca una tormenta es eterna, parecieron añadir entonces. Otro 7-0, siempre con Navarro de líder, devolvía el partido a su hábitat natural, esa jungla donde España ruge y el resto tiembla.

Entre tanto grito amenazante, uno que daba pavor. El del MVP. El del, quizá, segundo mejor jugador que jamás vio este país. El del verdugo de Francia. El de la Bomba. El de Navarro. Saliendo del bloqueo, electrizante, descarado, feroz. Ni siquiera un 0-5 galo parecía inquietar a España. Pero es que… ¿quién diablos puede asustarse cuando tienes a Navarro? Un pase suyo en contraataque a Llull enseñó el camino y otro final de Ricky, a modo de semi alley oop, era aprovechado por Sada para cerrar el periodo de manera apoteósica para España: 75-62. Camino de los 100, el oro tenía su nombre.

España... Europa es tuya

Él simboliza como pocos por dónde debe ir la transición de España para prolongar el ciclo más dorado. Víctor Sada, todo corazón, todo inteligencia en la pista, salió con todo el hambre del mundo para abrazarse al triunfo final. Y no se conformó con volver a anotar. Dicen que la mejor manera de alegrarse es intentar alegrar a alguien y a Sada un buen día le dio por seguir al pie de la letra tan solidaria frase.

Su carrera, su genialidad, su pase. No solo alegró a Rudy, que parece siempre más feliz cuando se cuelga del aro, sino a todo un país, que saltó con su pase, que se sintió ganador a 8 minutos para el final. Más aún tras el triple de Pau, que distanciaba a Francia hasta el infinito (84-68, min.33).

"Hoy el oro está en mi piel", cantaba Gustavo Cerati. Y por mucho tatuada en el cuerpo de una España que ya era campeona. Campeona de Europa dos años después. Revalidando un oro a lo grande. Como un buen día hicieron los lituanos, los soviéticos o los yugoslavos. Como esos héroes de fuera con halo de invencibles que nos hicieron enamorarnos de este deporte, que convertían en sencillo lo imposible. Hoy los superhéroes son de aquí, cercanos… y hablan en castellano.

La garra francesa engrandecía por momentos el triunfo español (84-72, m.35). La historia le debe un oro a ese digno luchador con aroma a perdedor que nunca acaba de rematar. Tampoco este sería su año. Y no lo será mientras en España los gestos cuenten tanto como los puntos.

El mate de Calderón, que le dio una patada a la mala suerte y a sus malditas lesiones que tantos momentos especiales le hicieron perderse desde el 99. El salto de Navarro agitando los brazos con rabia y euforia, tras su enésima canasta imposible. La canasta de Felipe Reyes, dedicada a su padre y al de Claver, que esta noche sonríen y sienten desde el cielo. Los abrazos, las lágrimas, la sustitución final de Navarro, la sonrisa cómplice de Pau orgulloso de su mejor amigo, las miradas en el banquillo. La ovación del pabellón, que se caía. Los vellos de punta. ¡Baloncesto! ¡Sí! ¡Otra vez, al fin! ¡Ba-lon-ces-to!

El marcador rendido, extasiado. 98-85. Fin de un viaje, comienzo de otro. El ciclo sigue, la leyenda crece. La alegría. El éxtasis. El edén. Europa es tuya, España.

¡Europa es tuya!

Daniel Barranquero
ACB.COM

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquellos comentarios "Anónimos" que no lleven nombre y apellidos no serán publicados.
No se permitirán insultos ni falta de respeto.
Los comentarios que se publiquen identificando a quien los realiza serán responsabilidad del autor del comentario.